De nada sirve intentar no escucharlos.
A veces,les abro la puerta,como un adicto,que no puede,no quiere,o no sabe evitarlos.
Otras,luchando conmigo mismo, sabiendo del daño que me hago, me envuelvo de ellos sin poder resistir la fuerza de los vientos que solamente tu sabes insuflar en todos cuantos te rodean y sueño que estas a mi lado.
Cuando despierto, se apodera de mi esa sensación de culpa que en ocasiones generan las depenencias y tu imagen me persigue por no entender en su momento que pudiste ser la mujer de mi vida.
Dicen que las recaidas forman parte de las adicciones y yo regreso una y otra vez a tu mirada.
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